Etérea
criatura de dorada alma,
Mujer
que me dota de paz y calma,
Hermosa
niña de ardiente mirada,
Nevado
valle de lágrimas de tierra,
Bañado
por una castaña cascada.
Reina de
reinas,
Tusitala
buscadora de hadas,
Fortuna
me manda hacer un poema,
Aunque
mis escritos no den más que pena.
No sé
que escribirte, no puedo inspirarme,
Mi musa
acostumbra a olvidarme.
Y me
faltan versos,
Preferiría
escribirte una carta,
Pero me
faltarían verbos,
Faltarían
palabras.
Sólo hay
una manera de salir de este vacío,
Visualizar
la estrella que admiro,
La que
ilumina mi instinto.
He de buscar,
A través
de un verdoso río,
Allí
podré encontrar,
A la
niña con alma de libro.
¡Cómo
desearía poder estar a tu lado!
Arroparte
entre mis brazos,
Sentirme
arropado por los tuyos.
¡Ansío
ver tu mirada!
Y tu
figura alada,
Ángel
que bates el viento,
¡Quién
fuera reloj!
Para ser
dueño de tu tiempo
Tú me
curas las heridas,
Me das
felicidad con tan sólo unas miradas,
Fíjate,
consigo inspirarme las veces que pienso,
En lo
mucho que te quiero