miércoles, 19 de febrero de 2014

Futuro

No puedo creerme que haya pasado ya un año...no perdón...más de un año sin escribir aquí nada. Nada de nada. 
Esto no ha cambiado, pero yo si. Y mucho.
Abro este nuevo año de escritura reflexionando sobre la fragilidad. 
El cuerpo humano no es más que engranajes perfectamente ajustados, fuerzas luchando por sobrevivir, por protegernos, por no caer enfermos y seguir viviendo, reacciones químicas que hacen posible nuestro buen funcionamiento (a veces) pero...
Mientras duermes junto a él, a su derecha y estás tan colocada que no sabes ni donde estás, ni quien está a tu lado. Lo protegiste. A él, antes de caer en la cama. Recordaste que te importaba. Pero quizá fuera la meta o la cocaína, pues mientras dormía me quedé boca arriba y ahí acabó mi aventura.
Adiós papá, adios Jesse, adiós futuro plasmando ideas en un papel. Adiós vida.